A menudo nos encontramos en nuestro día a día con pacientes muy mayores que requieren anestesiarse para realizar ciertos procedimientos que nos permitan mejorar su calidad de vida. Los más frecuentes son las limpiezas dentales, ya que en mascotas muy mayores tienden a acumular sarro, placa dental, y algunos hasta desarrollan fístulas que son consecuencia de infecciones de algunas raíces y piezas. También podemos encontrarnos con animales que han desarrollado algún tipo de tumor (en perras muy a menudo esto sucede con los tumores de mama), que necesitan ser extirpados de forma quirúrgica.

En la mayoría de estos casos observamos la misma situación… “No realizo la limpieza dental o la cirugía porque es demasiado viejo y tiene muchos riesgos”.

Así que si quieres saber si esta afirmación es correcta… sigue leyendo.

Desmontando mitos: ANESTESIA EN PACIENTES GERIÁTRICOS

En primer lugar, debemos de encargarnos de establecer un estado general de salud de la mascota. ¿Cómo hacemos esto?

Anamnesis, exploración física y pruebas básicas

Realizamos un recopilatorio del historial médico de la mascota, valorando las enfermedades crónicas que pueda padecer, así como una exploración física completa y detallada. Por ejemplo, aunque no es infalible, la auscultación nos daría cierta información sobre si nuestra mascota presenta algún tipo de soplo cardíaco o no, y si existen ruidos a nivel pulmonar. Si sospechamos que pueda existir una alteración cardíaca, podrían realizarse radiografías de tórax e incluso una ecocardiografía.

Además, realizar una analítica sanguínea completa nos aportaría una gran información sobre el funcionamiento de los órganos de nuestra mascota, y su potencial metabolismo de la anestesia que utilicemos con él.

En resumen… ¿Qué tenemos que tener en cuenta?

  1. Conocer el estado de salud del animal antes de la anestesia es básico antes de realizar cualquier cirugía.
  2. Es importante oxigenar al paciente durante la sedación y protegerlo con mantas para evitar que pierda calor.
  3. Es importante hidratarlo, con precaución en problemas cardiacos.
  4. Monitorizar en todo momento las constantes del animal para asegurarnos de que todo se desarrolle de forma correcta.
  5. Esta monitorización se mantiene en el post-operatorio, para evitar cualquier complicación durante la recuperación. 

Por lo tanto, si te estás planteando realizar algún procedimiento y tu mascota ya es mayor… ¡no dudes en consultarnos! Te explicaremos todo detenidamente y te asesoraremos sobre las mejores opciones.

Esta perrita de 16 años tenía la boca en muy mal estado y tuvimos que anestesiarla para realizar una limpieza dental y extracción de algunas piezas, para mejorar su calidad de vida.

Así quedaron las piezas dentales tras la limpieza, y ella se recuperó perfectamente de la intervención.